Confesiones religiosas del país como las católicas, evangélicas, adventistas, mormones, islámicas, judías, entre otras, estuvieron presentes, junto a académicos/as y expertos/as, en el Seminario conmemorativo de los 25 años de la Ley de Cultos en Chile (N° 19.638).

Se trató de una actividad organiza la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y el Observatorio de Libertad de Creencias del Centro de Derecho de las Minorías y Gestión de la Diversidad (CEDEMI) de la Universidad de Talca.

Al respecto, el decano de la Facultad, Iván Obando Camino, señaló que “esta legislación representó un gran avance para el Chile democrático contemporáneo. Vino a proteger a minorías religiosas y aseguró una igualdad formal entre las diversas creencias existentes en el país. Para nuestra facultad constituye motivo de orgullo ser la sede de este importante seminario”.

Durante este encuentro, se analizaron los principales avances de la ley  la cual “consagró la libertad de culto en el plano individual y colectivo de las personas, rompió muchos años de desigualdad entre las comunidades religiosas chilenas, permitiendo que independiente de la religión y la creencia que cada persona tuviera, su organización religiosa fuera igual ante el Estado de Chile”, expuso el director del CEDEMI, Jorge del Picó Rubio.

Al respecto, el encargado de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos del Gobierno de Chile, Omar Cortes Gaibur, recordó que “antes de la ley, las religiones se registraban bajo una corporación de derecho privado sin fines de lucro y sus estatutos eran muy seculares”. Agregó que la ley ofreció “un estatus más legítimo de reconocimiento de las entidades religiosas y con eso trajo un sentido de mayor igualdad a todas ellas, sumado a un trato igualitario por parte del Estado”.

Principales desafíos y vacíos de la ley

Pese aquello, la autoridad asumió que “ha habido aportes importantes desde la academia, en donde se han dejado ver con bastante objetividad los vacíos de una ley que es estrictamente procedimental”. Indicó que lo anterior ha provocado el registro, por ejemplo, de “entidades religiosas que finalmente no lo son, o que dejan de existir y no tenemos cómo detectar su no existencia”.

Sobre aquello, el sociólogo y abogado miembro de la Organización de Cientistas Sociales de la Religión de Chile, Humberto Lagos Schuffeneger, destacó que si bien “la ley es buena porque avanza en materia de igualdad, tiene defectos que podrían permitir que, por ejemplo, sectas satánicas solicitaran el reconocimiento ante el Ministerio de Justicia”.

Relató que actualmente “el Templo Satán está pidiendo al Ministerio de Justicia ser reconocidos como una entidad religiosa de derecho público y si el Ministerio Público accediera, eso podría verse como que el Estado está protegiendo los planteamientos de orden satánico y tendríamos cientos de peticiones más, provocando incluso la inmigración, porque en Chile se estaría dando espacio a quienes adoran a satanás”.

Agregó que “dentro de los estatutos que presentan, ellos indican lo buenos que son, pero no hablan del entorno en que realizan sus actividades, no mencionan lo que representa satanás dentro de la historia (…) Hay múltiples tradiciones satánicas, pero en todas opera lo que es característico de las sectas, domesticar absolutamente a los miembros para que realicen conductas que desde el punto de vista público representan claras lesiones y ataques a la dignidad de las personas”.

Mirada comparada desde España

En España Ley Orgánica de la Libertad Religiosa se aproxima a celebrar sus 45 años. Al respecto, el Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado y de Derecho Canónico de la Universidad de Zaragoza, España, Javier Ferrer Ortiz, detalló que esta permite “la inscripción en el registro de entidades religiosas, la posibilidad de obtener la declaración de notorio de arraigo a las que estaban más arraigadas en el país y que contaban con una mayor trayectoria, y la posibilidad de establecer acuerdos de cooperación con el Estado español”.

Respecto a esto último, indicó que en Chile “no se tiene tradición de acuerdos con las confesiones, tampoco tiene una Comisión Asesora de Libertad Religiosa, que es un cause institucionalizado de todas las confesiones religiosas con mayor impronta en el país, y todo eso, yo creo que sería interesante de desarrollar, el principio de cooperación”.

Agregó que en el país también sería positivo “establecer algún tipo de control para el reconocimiento de las comunidades religiosas en el registro y sobre todo, fijar, clarificar y hacer unas pautas que, sin inmiscuirse en el interior de cada confesión, permita valorar los fines religiosos, porque o si no se pueden acabar acogiendo a la Ley de Cultos grupos que no tienen nada que ver con el fenómeno religioso”, finalizó el experto.